Carta de un alcalde decepcionado

José Ramón Cerezales
Alcalde de Fabero

Hace ahora un año he llegado a la Alcaldía de este municipio minero que es Fabero. Heredando con toda probabilidad la peor situación económica en la que se ha encontrado en las últimas épocas este Ayuntamiento. Pero habiendo sido consciente, cuando decidí poder aportar algo nuevo por este municipio, que la situación que me encontraría junto con mis compañeros no era fácil. Lo que nunca se me llegó a plantear, en el peor de los escenarios posibles que me había llegado a imaginar, es que un año después me encontraría en una manifestación en Madrid, reivindicando no solo la supervivencia de lo que ha sido siempre la forma de vida de mi pueblo y con la cual todos los que aquí vivimos y pensamos continuar viviendo, siempre nos hemos identificado con ¡¡¡la minería!!!, sino también protestando junto con quince mil personas, por la supervivencia de toda una comarca que se ve abocada a su fin por la ineptitud de sus gobernantes, unos antes y otros ahora.
Pero yo hoy, como Alcalde de Fabero, me tengo que revelar contra las decisiones equivocadas de un partido bajo cuyas siglas he concurrido a las elecciones y en el cual había depositado mi confianza de que mantenía una apuesta inequívoca respecto al carbón y por consiguiente respecto a nuestro futuro como cuenca minera. Esa confianza en ese lema de «defensa del carbón a ultranza», trasladada por todos los representantes del Partido Popular pertenecientes a cualquier instancia, diputados, senadores, etc, y que todos hemos creído, yo el primero.
Y como tal lo traslade en dicho convencimiento a mis vecinos, en la creencia de que esta apuesta era la mejor alternativa para este sector. Hoy me siento totalmente engañado y decepcionado de todos aquellos que representan las siglas de un partido y se oponen abiertamente a un sector estratégico para España, pero también decepcionado con todos aquellos que no se oponen y no dicen nada probablemente por no querer enfrentarse a quien les mantiene en su puesto.
Este Gobierno tiene que entender que sus alcaldes no deben quedarse inmóviles esperando una respuesta y junto con nuestros vecinos lucharemos de manera conjunta para no permitir que se cierre dicho sector. Son muchas los argumentos para sustentar la defensa del carbón, todos y cada uno de los cuales comparto, no siendo necesario reiterarlos. No se me escapa que estamos en una época de ajustes y que hay un objetivo de déficit que cumplir con esa Europa cuyas directrices y objetivos, aunque no los entendamos, nos arrastra al fin. Pero me pregunto ¿de que nos valdrá colgarnos una medalla en Europa, una vez que en nuestras cuencas se produzca el cierre de la minería? Esto no es como un vehículo que se deja aparcado cuando no queremos gastar y se arranca cuando tenemos dinero para combustible. Si las minas se cierran nos encontraremos con que no se volverán abrir. Y veremos pasar desde nuestras ventanas el carbón que viene de fuera para nuestras térmicas. Mientras, las mayores reservas las tenemos bajo nuestros pies y veremos como nuestros hijos y jóvenes abandonan esta tierra.
Creo que ha llegado el momento de que estas cuencas sean una sola, y que nadie, ni sindicatos ni políticos, pretenda sacar una ventaja política, en una cuestión en la cual nos jugamos nuestra supervivencia. Y ésta será la única manera de que nuestro ministro entienda que el jueves viajaron muchos mineros a Madrid, pero que representan sólo una mínima parte de los que pueden viajar.
Por ello sólo me resta pedirle al señor Soria que se interese por el sector, lo conozca, sea consciente de lo que aporta y ha aportado. Y sobre todo que sea consciente de las consecuencias tanto económicas como sociales que provocan sus decisiones y empecinamiento respecto a este sector, donde los recortes llevarían a la muerte de nuestras cuencas y le pido a nuestros diputados que luchen por quien les ha elegido y no sean conformistas con una disciplina de partido cuando la misma es equivocada. Por que ellos al final son nuestra voz en el Congreso y Senado. Y si el señor ministro no hace caso ni siquiera a sus compañeros de partido (alcaldes, JCyL, etc), alguien desde el Gobierno tendrá que corregirlo y enseñarle a entender este sector y escuchar la voz de queja de toda una comarca. De no ser así tendrán que entender que los que realmente vivimos en estos municipios mineros no podamos asumir con actitud pasiva que las decisiones erróneas de nuestros gobernantes nos aboquen al final de nuestras cuencas.
Mi apoyo incondicional, a todos los mineros y a todos aquellos que luchan por la defensa de nuestro sector, así como mi mensaje de ánimo y fuerza para Víctor, Segundo, Alfredo, Primitivo, Eduardo y los tres restantes de nombre José. Que no solo son ocho nombres, sino que son esos ocho mineros que representan el sacrificio y el esfuerzo de toda una comarca. A los cuales no conociéndolos personalmente tienen sin duda todo mi reconocimiento, admiración y por supuesto la total colaboración que precisen en su lucha. Que nadie se llame a errores, es la lucha de todos. Ánimo.
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