FABERO.— La localidad de Fabero constituye desde ayer un hito en la recuperación de la memoria histórica, como lo atestiguan, nada menos, que dos monolitos erigidos por la Fundación Domingo Malagón para rendir homenaje a las víctimas de la represión franquista.
El primero de los dos monumentos inaugurado se ubica en la plaza de La Encina, donde antaño estaba situado el viejo cuartel de la Guardia Civil que, según los testimonios, fue un importante centro represivo. En la inauguración un gaitero interpretó el Himno de Riego, ante un público emocionado.
El segundo monolito conmemorativo se ubica en el paraje conocido como La Reguera, en un terreno propiedad de la Junta Vecinal de Fabero, donde antaño se asentaban tres barracones destinados a los presos políticos del franquismo que fueron obligados a trabajar en régimen de semiexclavitud en la mina contigua y que hoy está cerrada.
Entre ambas inauguraciones, en la Casa de la Cultura se proyectó un documental titulado 'Campos de Silencio', dirigido por Eloína Terrón, y también hubo un debate sobre la memoria de la represión. Ambas actividades atrajeron un gran número de público.
Entre los presentes figuraban el presidente de la Fundación Domingo Malagón, Juan Ramón Sanz, así como Javier Moreno, en representación del 'Foro por la Memoria' y los coordinadores provincial y autonómico de Izquierda Unida, Miguel Ángel Fernández y José María González. Para este último, el de Fabero es «un acto muy didáctico de pedagogía política y de pedagogía histórica. La memoria debe estar presente, sobre todo en unos momentos en que se quiere reescribir la historia».
Los monolitos fueron realizados por el escultor Javier Meléndez 'Urza' y tienen placas conmemorativas. Para la financiación de este proyecto, la Fundación Domingo Malagón contó con la financiación del Ministerio de la Presidencia del Gobierno español.
Según el escultor 'Urza', las condiciones en las que trabajaban y se hacinaban los presos del franquismo «recuerdan mucho a los campos de concentración del nazismo».
Por su parte, el presidente de la Fundación Domingo Malagón, Juan Ramón Sanz señaló, «La comarca del Bierzo y, muy especialmente la villa de Fabero, fue de las emblemáticas, tanto por su actitud valiente en la defensa de la República, como luego en la resistencia antifranquista». Sanz califica sin rodeos el campo de trabajo situado en La Reguera como «un campo de exterminio» y manifestó: «venimos a que esto sirva de impulso para que no se pierda la memoria en el sentido activo».
Se calcula que por el campo de trabajo de La Reguera podrían haber llegado a pasar hasta un millar de personas en varios turnos, pues la capacidad de sus tres barracones era de unos 250 presos. Algunos de los nombres de los penados figuran inscritos en la placa conmemorativa del monolito, pero, según explicó Eloína Terrón, que hizo la labor de documentación faltan muchos y otros que aparecen no trabajaron en dicho campo, algo que deberá corregirse.
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