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domingo, 7 de octubre de 2007
España logra una plata que sabe a oro
España perdió ante Rusia (68-74) en la final del Eurobasket de Italia, tras un partido en el que las rusas comenzaron apabullando por juego y marcador, pero que tuvo una reacción de las de Evaristo Pérez después del descanso que mantuvo vivas las esperanzas de una selección que logra una plata con todo merecimiento. Las de Evaristo Pérez no pudieron hacer nada para frenar a la apisonadora rusa, que presentó una fuerte defensa y dos jugadoras muy enchufadas, Osipova y Korstin, además de la mejor del continente, Stepanova.
Por parte española, Amaya Valdemoro volvió a ser la mejor gracias a sus 26 puntos y ocho rebotes, que no fueron suficientes para acabar con la hegemonía rusa en este deporte, que este año también dejó sin oro a la selección masculina de baloncesto en el Eurobasket de Madrid.
Las españolas jugaron sus bazas y resucitaron la incertidumbre, buscaron el milagro (65-69 a 32 segundos) y lo rozaron. Nadie habría apostado por ellas en el descanso. Sólo ellas mismas. Como siempre han hecho. Por eso han ganado la plata y un sitio en el torneo para buscar pasaje hacia los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Allí espera ya la formación rusa.
Las rusas, un bloque muy poderoso
La selección de Evaristo Pérez, por esa cuestión de tamaño, que suple con arrestos, inteligencia y ambición para llegar tan lejos como lo hace en los últimos años -tres bronces continentales seguidos en 1001, 1003 y 2005-, tiene un límite en el que aparecen bloques físicamente tan poderosos como el ruso en Europa o Estados Unidos en otras competiciones. Pues hasta eso desafió cuando ya le daban por muerto.
El quinteto inicial de las ex soviéticas es muy poderoso. Su juego interior le daba muchas opciones y, por esa vía, buscó el aro con éxito anotador y réditos para adelantar trabajo en la recuperación defensiva. Así contuvo las salidas en transición y al contragolpe donde España tenía que apostar la suerte de la corona continental y tomó el mando del tanteo.
El cinco contra cinco favorecía a las rusas, que lo explotaron para distanciarse por diez puntos en el primer cuarto (13-23 m.10).
El rebote, principal obstáculo
La selección española tenía abierta una brecha importante en el rebote. Los brazos de las eslavas seguían capturando balones cerca del aro, parando la posibilidad de correr de las rojas, y abriendo hueco en el marcador sin apremio. Sólo dejando hacer a las pivots (15-29 m.13).
Rusia estuvo casi dos minutos y medio sin anotar un solo punto en el segundo cuarto, pero el cinco español falló tiros de alto porcentaje. La descompensación anotadora duplicó la diferencia al final de la primera parte (24-44).
Sin cambio de ritmo nada tenía que hacer España. Con veinte de lastre, necesitaba correr. El primer contraataque español de la final cuajó al principio del tercer cuarto. En el origen, una defensa en zona para intentar zurcir los rotos causados por las interiores de Igor Grudin.
Un 32-47 hizo saltar el primer tiempo muerto de las rusas para revisar planes. El coletazo del equipo rojo, sin embargo, persistió (38-49 m.27). Alentó incluso otra parada solicitada por Grudin. Pero la zona había encendido el motor de España. La velocidad, por fin, abría la final.
Remontada española
Un triple de Amaya Valdemoro, un tercer cuarto genial de Laia Palau, una cesta de Ana Montañana y otra de la propia Palau, conectada en una dupla de enorme tacto para manejar el ritmo con Elisa Aguilar, rebajaron la diferencia de veinte a ocho puntos en el tercer cuarto (45-53 m.30). Rusia miraba el partido de otra forma.
Marta Zurro estrechó el margen (49-53 m.32). La defensa de las internacionales hispanas había resucitado la pelea por el cetro europeo.
La selección nacional estaba más viva que nunca. Rusia transitaba por una fase de ausencia. El oro contaba otra vez con dos aspirantes. Aunque Rusia daba punzantes respingones que le devolvían el aspecto de favorita (49-59 m.35). El crono empezaba a forzar la situación, sobre todo, porque el aumento de la diferencia espesó los ataques sobre el aro eslavo.
Rusia retomaba la manija y la sensación de tener la situación bajo control absoluto. De hacer valer los galones. Los impuso, aunque España tuvo el partido en una bandeja de Amaya Valdemoro que se salió de dentro. Igual que a Pau Gasol en la final de chicos.
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