La carretera que une Fresnedo y Fabero está de nuevo en obras, tras sólo veinte días de acometer trabajos de mejora en ella
En la jornada de ayer viernes se volvió a proceder al corte parcial de la carretera comarcal LE-715 que une a Fabero con la Comarcal-631 (Ponferrada-Villablino), para reparar los blandones que en menos de veinte días se han vuelto a producir en el kilómetro dos del citado vial. Esta carretera comarcal, vital para Fabero y su área de influencia, se había reabierto al tráfico el pasado 15 de junio tras haber invertido 750.000 euros en desplazar el trazado algunos metros para evitar los continuos deslizamientos del suelo. El mismo día de su reapertura ya se avanzó en este periódico que las obras acometidas no pasaban de ser un parche, y que las múltiples carencias de este vial sólo se solventarían con la construcción de la nueva vía rápida. Al tiempo que había otras soluciones para evitar la zona de deslizamientos sin la necesidad de recurrir a construir cuatro nuevas curvas en un trazado de por sí muy sinuoso, a pesar de no haber accidentes orográficos significativos. Medidas de presión Cuando aún no han trascurrido veinte días desde la reapertura al tráfico, los trabajadores y la maquinaria de la empresa que realizó las obras se afanaban en intentar reparar los múltiples blandones que han surgido cerrando uno de los carriles. Esto, después de sendas denuncias sobre la reaparición de dichos blandones por parte de usuarios del vial, el alcalde de Fabero, Demetrio Alfonso, e incluso de algunos partidos políticos como el PRB que, por boca de su presidente, anunció que ya barajan emprender medidas de presión. Gran parte de los afectados coinciden en culpar a la Junta de esta situación.
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