UN FILÓSOFO QUE CORRE

Como cualquiera de nosotros, Rodri pordía morirse mañana (Dios no lo quiera), y lo haría sonriendo. Es difícil conocer una persona más feliz que él. Sabe disfrutar como nadie de todas sus pasiones, entre las que se encuentran la carrera a pie, que aún sigue practicando, y la comida. Pero hay más, como perderse por el monte y por las ciudades que no conoce, pintar y dibujar, o escuchar una y otra vez letras de Joaquín Sabina.

Puedes pasarte horas y horas hablando con él, sin parar de reír, oyendo una anécdota tras otra de sus andaduras atléticas o de los juegos de su infancia en su querido Fabero del Bierzo. Si todo el mundo viera la vida como él la ve, los psicólogos se irían al paro.

Y que conste que la vida le ha dado reveses como a todos, como la muerte de su padre en navidad de 1991 o la desaparición de una de sus mejores "obras", el Millenium Maratón de Madrid, a inicios de 2002. Pero él sigue con su sonrisa interminable, y sus callos con fabas a la feria. Todo un tipo, nuestro Rodri. Y que siempre le tengamos cerca, por favor.
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ENTREVISTA
Comiendo con Gavela

Algunos se han sorprendido al ver en el actual número de Runner's World que el plato preferido de un maratoniano de 2h10 Rodrigo Gavela son los callos con habas a la feria. Eso es que no se han sentado a la mesa con el de Fabero del Bierzo


"COMIENDO CON GAVELA"

2h10:27 en maratón, y un "saque" de medalla de oro olímpica en la mesa. Sus teorías sobre nutrición tirarían por el suelo los manuales y tratados de muchos nutricionistas, pero la verdad es que nuestro Rodri mantiene un peso envidiable de toda la vida, compaginado con un perfecto rendimiento deportivo. Sigamos, que esto promete

Rodri, un plato como los callos con habas a la feria... ¿no es muy graso para un maratoniano?

En realidad no tiene casi grasa. Pensad que el morro de ternera y la pata, apenas tienen grasa. La única parte grasa de ese plato es la de los callos, que se hacen a partir del estómago del animal, y tendrán como un 15% de grasa. O sea, que en general, yo diría que ese plato tiene un 2% de grasa, más o menos. Eso sí, es un plato muy gelatinoso, lo cuál favorece a las articulaciones, los huesos y los tendones. No es como los callos a la madrileña, por ejemplo, que si que es mucho más graso.

Veo que eres un defensor de las grasas en la alimentación del maratoniano...

Por supuesto. Y es que un maratoniano, necesita grasas. A partir de los 90 minutos de esfuerzo el cuerpo necesita "tirar" de reservas. Y si no hay grasas, no hay reservas.
Mira, contaré un anécdota: ¿sabes que cenó Carlos Lopes la noche antes de batir el récord mundial de maratón en Rotterdam, en 1985? Chuletón com patatas y vino. Al día siguiente hizo 2h07:12.
Yo cuando estaba "fino" para correr bien un maratón pesaba 60-61 kilos. En cuanto bajaba de 60, me salía peor la carrera.

¿Probaste alguna vez la famosa dieta disociada?

Una vez, en el mejor momento de mi carrera deportiva, con motivo del Maratón de Boston de 1993. Recuerdo que lo pasé fatal: Iba por la calle, y si veía una panadería, me daban ganas de "asaltarla" y comerme todos los bollos y barras de pan que tuviera a la vista.
En la carrera me paré, me encontré sin fuerzas. Luego, unos meses más tarde, competí en San Sebastián, siguiendo mi alimentación habitual, y batí el récord de España.

Pero los kenianos no comen grasa, y mira que flacos están, y lo que "andan"...

¿Quién ha dicho que no comen grasas? Yo he coincidido con ellos en multitud de hoteles y les he visto comer un chuletón como mi cabeza de grande (risas). Lo que pasa es que suelen comer ternera, que es el ganado que tienen en su tierra, y apenas nada de cerdo. Y la leche, por ejemplo, la toman directamente de la vaca, con toda su grasa.

Pero lo cierto es que tu comes, en realidad, bastante sano, consumiendo mucha fruta, ¿verdad?

Sí, así es. La verdad es que en mi casa somos cuatro, y al cabo de la semana comemos como 40 kilos de fruta.

¡¡¡¿40 kilos, Rodri?!!!

Sí. Piensa que yo, para merendar, me puedo comer tranquilamente dos naranjas, dos mandarinas y un plátano. O un kilo de sandía.

¿Como comías, cuando entrenabas duro?

Prácticamente igual que ahora. Dos o tres días a la semana comía legumbres, garbanzos, judían blancas con espinazo, y mucha ensalada. También comía bastantes cacahuetes, que aunque mucha gente lo ignore, es una legumbre y no un fruto seco.

¿Y leche?

No puedo, soy alérgico a la lactosa. De pequeño me la daban y la tiraba de escondidas.

Vaya, que tú de niño debías comer como un señor...

Es que si no mi madre me daba unas "hostias", com perdón...(risas). Es que en el pueblo, en mi infancia, la vida era así. Había sólo un plato, y si lo querías, comías, y si no, te ibas sin probar bocado. No había más opciones.

Pero tu "secreto" está en el factor genético, imagino, es decir, que puedes comer mucho sin apenas engordar...

Eso es falso. Yolanda Vázquez, la nutricionista de Runner's World, una vez me mandó a hacerme una prueba genética para ver si mis genes eran de no engordar. ¡Y me salieron unas pruebas de lo más normales, mis genes son de lo más corrientes!
Y es que yo siempre digo que soy un tipo corriente. Lo que no me creo es que alguien pueda correr mucho sin comer apenas nada. Lo siento, pero conmigo esa cantinela "no cuela".

¿Como comen otros atletas de élite de tu época con los que has convivido, como Antonio Serrano, José Esteban Montiel, etc.?

Con Antonio Serrano, uno de mis mejores amigos, aprendí a cocinar como un "chef", de veras. Vivíamos juntos en Madrid y, para cenar, la rutina era la siguiente: un día judías, al siguiente garbanzos, y al tercero, lentejas. E íbamos repitiendo en este órden. Y chuleta de cerdo con patatas, de segundo, por ejemplo. Y las patatas eran fritas, porqué yo no me como nada sin sabor.

¿Que alimentación procuras para tus hijos?

La misma que la mía. Que coman de todo, y bien. Y comen de maravilla. Como mi mujer Raquel, que siempre fue de comer poquito hasta que me conocío a mí (risas).

¿Y como te alimentabas en las horas previas a un maratón?

Comía mucha pasta, sobre todo desde el jueves anterior a la carrera.

¿Es cierto que cuando ibas al extranjero a competir te llevavas un kilo de "gominolas"?

O las compraba allí. En Alemania hacen unas gominolas buenísimas, ¿sabéis?... Yo lo cierto es que nunca he sido muy "tiquis miquis" en esto de las comidas. Como dice el refrán, "Donde fueres, haz lo que vieres", pues eso he hecho: donde he ido, he comido lo que allí había. Nunca me he llevado el agua a un maratón como hacen algunos atletas de élite, por ejemplo.

¿Qué te decían los médicos de la Residencia de deportistas Joaquín Blume cuando te veían comer así?

Nada, si es que tods comíamos así... Y como en la Blume puedes repetir, pues yo comía a veces dos bandejas de cada plato.

¿Qué les dirías a los atletas que andan obsesionados con las dietas?

Lo que me decía a mí Antonio Serrano. Hay que comer mucho, y de todo. Comer es un placer de la vida, ¿porqué lo vamos a desechar?

¿Cuántas veces al día comes?

Ahora cuatro, antes, cuando entrenaba dos veces, hacía tres comidas fuertes y dos "tentempiés".

¿Y tomaba complementos vitamínicos?

¡Claro! Vitamina C, un complejo vitamínico B6-B12, auxina, hierro, anti-oxidantes...Siempre pensé que era bueno tomarlos como prevención, y, si no los necesitaba, pues desaparecían por la orina y ya está. Hay que pensar que una pastilla de vitamina C igual tiene medio gramo o un gramo de esta vitamina, y para conseguir esa misma proporción en con las naranjas, deberíamos comernos a lo mejor un kilo, no sé. Yo los recomiendo, porqué son preventivos ante la posibilidad de padecer anemia.

¿Pesas lo mismo ahora qu ecuando entrenabas fuerte?

Nooo, ni mucho menos. Ahora peso seis kilos más, pero claro, es que por aquel entonces doblaba entrenamientos, y ahora si consigo entrenar una vez al día, cosa que no siempre sucede, ya me doy por contento.

La entrevista esta sacada: www.runners.es