El crecimiento del tumor maligno que afecta a Toñín ha sido detenido y las cosas parecen ir por buen camino, abriéndose así una nueva puerta a la esperanza para su recuperación. Según han confirmado los médicos del Hospital Universitario de Pamplona que atienden al niño de Fabero, el tumor cancerígeno que padece Toñín se ha estancado y no ha crecido tras haberle aplicado el primer ciclo del tratamiento.
El tumor había crecido en el último mes más de ciento dieciocho milímetros, según ha informado su familia a este diario. Toñín está además remontando la bajada de defensas que le ha venido afectando tras recibir la quimioterapia del primer ciclo del tratamiento y que llevó a que el niño reingresará el pasado día 7 de diciembre en el Hospital de Pamplona.
Con todo, la situación del menor es delicada y sigue padeciendo convulsiones. Los médicos, pendientes de realizarle alguna prueba más, dicen que las mismas son efecto de la quimioterapia. De esta forma, la familia y los médicos ven una luz al final del túnel.
Diario de León
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