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domingo, 6 de enero de 2008

Fabero brinda un multitudinario y emotivo último adiós al pequeño Toñín

La jornada de ayer amaneció triste en Fabero y todo su entorno por infinidad de motivos. Las circunstancias quisieron que un día como la víspera de Reyes, día en que la ilusión llena casi todos los hogares ante la esperada llegada de los Magos de Oriente, se convirtiera paradójicamente en uno de los días más tristes que recuerda la sociedad faberense de los últimos años.
Y es que Fabero brindaba ayer por la mañana el emotivo último adiós al pequeño Toñín Ordóñez, el niño faberense que con tan sólo cuatro años de edad perdía su vida víctima de un grave cáncer que finalmente, y tras mucho tiempo de lucha, terminó por ganarle la batalla.

Centenares de personas se acercaron ayer por la mañana a respaldar a la familia Ordóñez López en el funeral que se celebró en la iglesia de la localidad de Lillo. Pese a la fría y triste mañana, acompañando los idénticamente fríos y tristes motivos, fueron muchos los asistentes a la misa a la que también acudieron los padres, abuelos, hermanos, tíos, primos y amigos de Toñín, todos destrozados por el dolor tras la pérdida del pequeño.

Un respetuoso silencio, sólo resquebrajado por el doloroso llanto de sus familiares presidió la llegada del pequeño féretro blanco a la iglesia, que se quedó pequeña para acoger a todos los que quisieron despedir al niño.

La familia, quiso agradecer, a través de un mensaje trasladado por el párroco de Lillo, Manuel García, todas las muestras de cariño y apoyo que a lo largo de las últimas semanas ha tenido con ellos el pueblo de Fabero, todo su entorno, la comarca del Bierzo y diferentes personas y entidades de toda España.

«Un signo de la esperanza» es como quedó definida ayer la dura lucha de Toñín contra su cruel enfermedad en el sermón de su funeral. «La amargura, cuando llega un acontecimiento de estos a un pueblo pequeño, en el que nos conocemos todos, es todavía un sentimiento mucho más fuerte».

Los restos mortales del niño fueron trasladados posteriormente al crematorio de Ponferrada para su incineración.

Pese al gran dolor que sufre, la familia ha tenido fuerzas para anunciar que todo el dinero recaudado gracias a la colaboración ciudadana para intentar curar la enfermedad de Toñín, será ahora donado a otra familia que sufre un problema similar, la de Lara, una niña cántabra de seis años que padece un grave cáncer y que está ingresada en la Clínica Universitaria de Navarra, donde Toñín había estado luchando por su vida durante las últimas semanas.

El niño que consiguió unir a toda la comarca

Pocas veces la comarca del Bierzo ha estado tan unida en torno a una causa como la de Toñín. El caso del niño enfermo, desahuciado por los médicos de la Seguridad Social en vistas al avanzado estado de su enfermedad, se conoció a finales del mes de noviembre, cuando sus padres lanzaban una llamada desesperada en busca de ayuda para salvar a su niño.
La familia había sufrido ya otras cuatro trágicas pérdidas de otros tantos hijos. Una hija en accidente de tráfico hace diez años, otra por enfermedad siendo aún un bebé, una tercera en un accidente doméstico con tres años de edad, y a consecuencia de la gran depresión por este suceso, la madre de Toñín, María Flor López, también perdió el hijo que estaba esperando en aquellos momentos.

Pese a todas estas trágicas circunstancias, la pareja formada por María Flor López y Francisco Ordóñez, así como sus otros tres hijos, Bárbara, Francisco y Javier, sacaron fuerzas de flaqueza para seguir adelante. La Clínica Universitaria de Pamplona ofrecía un novedoso tratamiento que suponía un rayo de esperanza para Toñín.

No obstante, necesitaban mucho dinero para pagar las caras sesiones de terapia en Pamplona. Comenzaron a surgir, entonces, actos solidarios en cadena por todo el Bierzo. Donativos de particulares, empresas e instituciones en la cuenta bancaria abierta a nombre del niño, actos deportivos para recaudar dinero, como el partido de baloncesto entre Baloncesto León y Ciudad de Ponferrada, conciertos con artistas nacionales y multitud de eventos que pusieron de manifiesto la solidaridad de toda la comarca.

EL MUNDO LA CRONICA

Fabero despide a Toñín emocionado por la lucha de su familia contra el cáncer Una niña de seis años recibirá fondos recaudados en la campaña


A pesar de la fina lluvia con la que amaneció Fabero, un buen número de personas se concentró en las inmediaciones de la iglesia de Lillo del Bierzo para asistir a las exequias por Toñín, el niño aquejado de cáncer que suscitó la solidaridad de los vecinos, instituciones, empresas, asociaciones deportivas y artistas de toda la provincia para pagar su tratamiento en Navarra.

Desde una hora antes de la celebración del funeral, previsto para las once de la mañana, la gente se fue congregando a las puertas de la iglesia en medio de un gran recogimiento y un silencio absoluto. Diez minutos antes de que el reloj de la casa del pueblo de Lillo del Bierzo diese las campanadas de las once de la mañana, llegó a la iglesia el sequito fúnebre encabezado por un vehículo mortuorio portando los ramos y coronas, al que seguía otro portando el pequeño féretro blanco con los restos del infortunado Toñín y una treintena de vehículos con sus padres, y el resto de su familia. El silencio reinante quedó roto por los sollozos de sus padres y hermanos a los que pretendían consolar vecinos y amigos.

La iglesia se quedó pequeña para acoger a todos los que querían asistir a la misa concelebrada por el cura titular de la parroquia, Manuel García y los párrocos de Fabero y de Toreno. Unos minutos después de iniciarse los actos litúrgicos, un tío del infortunado Toñín tuvo que ser evacuado a Urgencias del centro de salud tras sufrir una crisis.

Una vez concluido el acto litúrgico en el que el cura subrayó el empeño que la familia de Toñín puso en todo momento para intentar librar a su hijo del fatal desenlace que le habían pronosticado los médicos que le trataron el Hospital Clínico de la Paz de Madrid. «Que os sirva de consuelo el haber hecho todo lo posible por curarle», les dijo el sacerdote recordando las muestras de afecto y solidaridad que suscitó su petición de auxilio entre los vecinos de Fabero, el Bierzo y otros lugares de España. Los restos de Toñín emprendieron un último viaje hasta Ponferrada para su incineración.

Tonín tenía algo más de cuatro años cuando en abril del 2006 le diagnosticaron un tumor cerebral que le fue extirpado en La Paz. En septiembre pasado, el tumor se le reprodujo de nuevo, pero el niño no respondió a los tratamientos y sus padres se aferraron a la posibilidad de que la Clínica Universitaria de Navarra detuviera el cáncer. Una niña de Santander, llamada Lara y de seis años de edad, podría ser la receptora del dinero recaudado por Toñín para financiar su tratamiento contra el cáncer. Lara coincidió con el niño de Fabero en la Clínica Universitaria de Navarra y según la familia de Toñín, parece responder a la terapia.

Como había prometido en su día Bárbara Ordóñez, el dinero recaudado gracias a la cascada de solidaridad de personas anónimas, entidades y asociaciones de todo tipo que quede después de hacer frente al pago del tratamiento recibido por su hermano pequeño en Pamplona y otros gastos añadidos, se destinará a ayudar a otros niños que como Toñín se encuentren afectados por el cáncer y sus familias no dispongan del dinero necesario para llevarlo a un centro privado o sufragar otros desembolsos paralelos a la asistencia en un centro público.

Lara también se encuentra en tratamiento en la Clínica Universitaria de Navarra .

«Que sirva de consuelo el haber hecho todo lo posible por curarle»

MANUEL GARCÍA

Párroco de Lillo del Bierzo

DIARIO DE LEÓN

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